El interior de los cierrapuertas incorpora un aceite termoconstante, diseñado para mantener la misma velocidad de cierre y prevenir la necesidad de ajustes en la puerta ante variaciones abruptas de temperatura.
Este ingenioso elemento garantiza un funcionamiento estable y eficiente, adaptándose de manera automática a los cambios ambientales sin comprometer la integridad y seguridad de la puerta.